martes, 2 de marzo de 2010

Always equal.




Solo son sentimientos.


Solo están en mi cabeza.


Solo yo puedo frenarlos o dejar que sigan su curso, torturándome como de costumbre.


La cuestión es, ¿Quiero pararlos?... No, si, no lo sé.


Sé que lo único que consigo con todo esto es martirizarme, y ¿para qué?. A eso si puedo contestar...


Porque no quiero dejar a un lado ese sentimiento, que tan solo él, puede provocar, esas mariposas en mi estómago cuando me abraza, cuando me besa, o simplemente...Cuando me mira.


Porque no quiero perder la energía con la que me levanto cada día por el mero pensamiento de que estaré con el, seis horas, seis horas que si él no está se me hacen eternas... Y ¿de qué sirven los interambios entre clase y clase si él no está?...Nada...¿Y las horas de lengua?...¡Nada!... Sin estar a su lado... Dados de la mano, como dos imbéciles que se quieren, ¿qué cursi, no? Pero me encanta, pues ahora nos une una simple hora de lengua, pero, ¿qué puede pasar más adelante? Todo, o quizás, nada.


Prefiero vivir con esa pequeña esperanza.


Nadie hace las cosas por nada y si él se comporta como lo hace conmigo, por algo será. Yo no puedo hacer nada más, ya no puedo decirle que lo daría todo por él, no, ya no.


Ahora es él el que debe actuar, el que tiene que dejar de pensar en los demás y pensar en si mismo, en darse una oportunidad, en dejarse de gilipolleces.


O no, puede también quedarse como está, viviendo en una mentira y engañándose día tras día hasta que ya sea demasiado tarde, hasta que todo esté perdido, pero claro, es humano, nuestra mayor virtud es, valorar cuando se pierde algo, alguien en éste caso, alguien que has tenido ante tus ojos todo este tiempo, pero que más da, yo siempre estaré aquí ¿no?, ¿eso crees?, pues no, las cosas cambian, las personas cambian y los sentimientos también, cambian tanto que a la persona que has querido tantísimo tiempo puede llegar a ser sumamente odiada.


No pienses, actúa, guíate por los impulsos, quíate por lo que diga tu corazón y no hagas caso a la razón, ya que ésta, no sabe que es amor.

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